Cirugía apical, el último intento antes de extraer el diente
El tratamiento de conductos, también denominado endodoncia, es un tratamiento muy frecuente y con una elevada tasa de éxito (95%) en la clínica del día a día. Sin embargo, cuando tenemos que rehacer esta endodoncia porque la misma ha fracasado o bien porque se ha producido una complicación durante el tratamiento, esta tasa de éxito cae de forma significativa. Además, en algunas ocasiones, los dientes pueden presentar postes o coronas, lo cual dificulta mucho la posibilidad de realizar de nuevo el tratamiento de conductos (o reendodoncia).
Por ello, una alternativa a la extracción es realizar la cirugía apical o apicectomía. Esta técnica, consiste en acceder a la zona de la infección (normalmente en la parte final de la raíz) de forma quirúrgica, cortar los 3mm finales de la raíz, preparar una cavidad y sellarla con un material biocerámico (material que es totalmente biocompatible). La tasa de éxito en este tipo de tratamientos es del 94%, cuando se emplea magnificación, materiales biocerámicos y ultrasonidos.
Imagen clínica tras la eliminación de los 3 últimos milímetros radiculares,
la preparación de la cavidad y el sellado con el cemento biocerámico.
Por todo ello, creemos que el paciente, antes de realizarse la extracción, debe evaluar todas las opciones de tratamiento que le ofrecen los clínicos, con el fin de preservar al máximo su dentición.